Páginas

sábado, 2 de noviembre de 2013

Domingos.

Los domingos hacíamos el amor desde que nos despertábamos hasta que nos arrinconaba el hambre, entonces bajábamos a comer lo que encontráramos en la nevera, y volvíamos a subir para seguir en lo mismo, luego dormíamos o leíamos un rato y nos abrazábamos de nuevo, a veces ella quería que bailáramos y lo hacíamos cada vez más lenta y estrechamente hasta que terminábamos de nuevo en la cama. No sé, era como si el domingo realmente fuera un día bendito.


1 comentario:

  1. A veces un día es lo que es por la persona no por el día que sea. Los pequeños detalles son los que no dan vida.

    ResponderEliminar