Son esos detalles, minucias, simples palabras que le salen inconscientemente, de forma natural, las que hacen que me quede sonriendo como una tonta para el resto del día. Y es que lo que más me gusta de nuestras peleas son las reconciliaciones, que me hable dulce y tenga detalles bonitos conmigo y que pase lo que pase no se rinda con mis arrebatos, que siga insistiendo en acabar las cosas bien.
No hay comentarios:
Publicar un comentario