Lo malo empieza, cuando empiezas a soñar con esa
persona y cuando te conectas, expresamente para estar con ella. Ahí te
das cuenta de que empiezas a tener dependencia... Todo pasa muy rápido,
apenas te das cuenta de lo que sucede fuera, y en tu interior. Sientes
cosas extrañas que jamás has sentido con personas que ves cada día, que
puedes tocar. Te pones muy nerviosa cada vez que lo ves aparecer.
Sientes unos deseos irrefrenables de estar todo el tiempo con él y
celos, cuando piensas que todo lo que te dice, puede decírselo a otra
mujer. Cierras los ojos, oyes su voz, y te lo imaginas a tu lado. No hay
distancia de por medio, solo estamos los dos. Te mueres por cogerle de
la mano, por besarle, por abrazarle, por mirarle a los ojos y decirle
que lo quieres, que lo necesitas, que es lo más importante en tu vida.
Pero no puedes. Eso hace que estés mal, que tengas una angustia que te
reconcome. Que sientas demasiada impotencia, y rabia a la vez. Y entonces empiezas a preguntarte cosas, a plantearte los hechos y a querer cortar con todo. Pero esto te supera, ya no puedes controlarlo. Es imposible renunciar a aquello que te hace tener una sonrisa cada día, que hace que te sientas especial, que te hace tremendamente feliz.
¿Qué mas da si hay kilómetros de por medio? Si de verdad, has encontrado en un presente, a esa persona que te complementa, lucha para estar con ella en un futuro, y da gracias por haber conocido alguien tan perfecto. Yo también pensaba que era imposible querer con tanta fuerza a una persona que ni siquiera has mirado a los ojos, pero me equivoqué. Es impresionante lo que puedes llegar a sentir.
Es algo que no se puede explicar con palabras, simplemente hay que vivirlo.
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