La vida es una aventura. Y en una aventura te ocurrirán cosas buenas o malas. Disfruta de las cosas buenas, vívelas intensamente, vive el presente de esas situaciones buenas que te de la vida. Porque por el contrario también habrá cosas malas, cosas que habrán que dejes de tener ganas de continuar con tu aventura, que desmoralicen, pero esas cosas malas serán experiencias y sensaciones que te ayudarán más adelante.
Y en como toda aventura te encontraras a personas malas que querrán que no llegues a tu destino, que te intenten hundir como puedan, que te hagan daño de las peores maneras inimaginables. Pero también habrá personas geniales que te ayudarán a levantarte cuando te caigas por el camino, que aporten lo mejor de ellos en que tu viaje sea lo más llevadero posible. Personas de las que no te olvidarás, de las que tendrás siempre ese recuerdo maravilloso, en el que te ayudaban cuando más lo necesitabas. Y al igual que ellos te aportan algo, tu dejarás una parte de ti con ellos, y esa parte de tu corazón es la que echas de menos, es la que extrañas, extrañas a esa persona a la que un día fue lo suficientemente importante como para regalarle un trocito de ti. Puede que te acompañen en el resto de tu viaje, que te sigan de la mano; o que cuando acaben de ayudarte desaparezcan, pero todas y cada una de las personas que aparezcan en la aventura que es tu vida, cada situación, cada sentimiento que experimentes, será un pasito más.
¿Mi consejo? Sigue andando, no sabes que te espera al final del camino.
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