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jueves, 5 de abril de 2012

Julio.

Yo también tengo una teoría. Mi teoría es sobre los momentos, los momentos que impactan. Mi teoría es que esos momentos impactantes, esos destellos de gran intensidad que ponen patas arriba nuestras vidas, son los que acaban definiendo quienes somos.
 Uno de mis momentos absolutamente favoritos: cuando te conocí.
 La cuestión es que cada unos somos la suma de todos los momentos que hemos experimentado, con todas las personas que hemos conocido, y son esos momentos los que conforman nuestra historia. Como nuestra lista de grandes éxitos particular de recuerdos que reprodciomos y volvemos a reproducir en nuestra mente una y otra vez.
 Un momento de amor total, físico, mental y de cualquier otro tipo de amor.
 Pues esta es mi teoría, esos momentos impactantes son los que deinen quienes somos. Pero lo que nunca me había platenado era, ¿y si un día ya no pudieras recordar ninguno de ellos?
 Un momento impactante, un momento impactante cuya capacidad de cambio tiene un efecto que va mucho más allá de lo predecible, que hace que algunas partículas choquen entre si y acaben acercándose más que antes y que mandan a otraas girando sin parar hacia nuevas aventuras, aterrizando donde jamás pensaste encontrarlas. Si, eso, eso es lo que pasa con esa clase de momentos, que no puedes, por más que lo intentes, controlar como te pueden afectar, solo puedes dejar que esas partículas que colisionan aterricen donde puedan y esperar hasta la siguiente colisión.

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